Uvita, una ruta imprescindible

Costa Rica es un país con una infinidad de lugares preciosos para disfrutar. Sin embargo, quizás aquellos de difícil acceso, poco conocidos, y menos turísticos, son los que presentan un encanto especial. Después de haber pasado dos semanas en la Península de Osa, decidimos cambiar de lugar. Puse rumbo al Norte Costarricense por la costa pacífica. Llegamos a Uvita, un pueblo al sur de la Provincia de Puntarenas.

Para llegar hasta él desde Osa hay que tomar una guagua (autobús) con salida en Puerto Jiménez hasta El Palmar Norte. Ahí hay que tomar otra con dirección Quepos, Dominical o San José. Hay que bajarse en la única parada que realiza en Uvita. La compañía Transportes Blanco es la más barata en esta ruta.

El pueblo en sí no cuenta con un gran atractivo, aparentemente, más allá del Parque Nacional Marino Ballena. Dicho parque, está situado en la costa y su litoral cuenta con una ‘cola de ballena’ fruto de un accidente natural. Para acceder a Marino Ballena hay que abonar la cantidad de 1.000 colones si eres nacional, o seis dólares si eres extranjero.

Hay que tener en cuenta, que durante los meses de julio a octubre, sobre todo el mes de septiembre, las ballenas se pueden ver desde la mismísima playa. Un espectáculo que no logré ver lamentablemente. Es cierto que la principal atracción turística de la región es dicho parque, pero no es la única. Hay una ruta por los altos del pueblo desde la que se puede apreciar la forma de cola de ballena. Además, por el recorrido hay una desviación que conduce a una catarata alucinante.

Ruta por Uvita

Para comenzar el sendero, hay que salir del centro del pueblo en dirección sur, y cruzar el puente que une ambas orillas del río Uvita. Al pasar la tienda de ultramarinos, hay que desviarse hacia la izquierda en Calle la Colonia .

A nosotras, dos buitres situados sobre un cartel que indica ‘Cacatua hotel’ nos dieron la bienvenida. El sendero discurre por una pista empedregada con bastante inclinación. Viene señalizada por tramos con los animales que te puedes encontrar, como mariposas, monos, tucanes, iguanas, etc.

El recorrido llega al pico más alto, con desvío de 4 kilómetros ida y vuelta a la catarata. Éste comienza a bajar hacia la costa, donde te adentras en el conocido Parque Nacional Marino Ballena. La ruta es bastante sencilla y no tiene pérdida.

Es importante, antes de realizarla, chequear el estado de la marea. Pues si ésta se encuentra llena, no se puede apreciar la cola de ballena desde lo alto. En total, partiendo desde el centro de Uvita, y volviendo al mismo sitio, son unos 24 kilómetros aproximadamente.

La catarata

Para identificar el desvío hacia la catarata, éste se sitúa a unos 9 kilómetros del inicio de la ruta. Conforme se está llegando al pico, hay un cartel que pone ‘Catarata’ 1.000 colones pp (por persona). No hay que dejarse engañar. Casualmente, el río discurre por una propiedad privada y su dueño cobra cierta cantidad a los extranjeros por visitar una cascada.

Sin embargo, a tan solo un kilómetro, existe un desvío hacia la izquierda que se puede identificar claramente. Únicamente, hay que seguirlo en dirección descenso hasta el final para llegar a la catarata y poseta.

Es cierto que este tramo es mucho más difícil que la ruta al completo, debido a lo angosto del terreno, y a la caída de algunos árboles en el camino. Pero, sin duda, la recompensa llega con un baño de fresca agua dulce en medio de un bosque tropical.

Para retornar, hay que tomar el mismo sendero y en la bifurcación tomar el camino derecho para seguir bajando hasta llegar a la carretera. Finalmente, continuando dos kilómetros por carretera, hay que tomar el desvío que indica la entrada al Parque Nacional de Uvita. Solo queda disfrutar de las vistas, y recorrer la cola de ballena. Costa Rica no deja de sorprenderme en cada ruta.