
Una ruta de ensueño por la costa de Puerto Jiménez, en la Península de Osa
El pequeño pueblo de Puerto Jiménez se encuentra en la región sur de la Península de Osa, en el Pacífico Sur de Costa Rica. Este lugar acoge una riqueza de biodiversidad asombrosa, es por ello que cuenta en su territorio con el Parque Nacional de Corcovado, uno de los más importantes a nivel mundial por la cantidad de flora y fauna que aglutina en sus 46.000 hectáreas. Pero Puerto Jiménez, pese a ser más conocido por contar con dicho Parque Nacional, también presenta una ruta costera con unas playas de ensueño en las que desembocan varios ríos a lo largo de su litoral, hecho que le da un valor añadido a la belleza de su paisaje. Todas las playas son de arena negra con algunas piedras, y están custodiadas por las famosas lapas, o más conocidas como los guacamayos rojos. Esta ave habita en los árboles del lugar y son reconocidas por su vuelo y su característico sonido. Es todo un espectáculo. También es muy fácil ver algunos tucanes por la zona, sencillamente la naturaleza es maravillosa en este lugar.

Guacamayo rojo
Para llegar a Puerto Jiménez en transporte público hay que tomar la guagua de la compañía Transportes Blanco que sale desde San José. El horario de este servicio es limitado, ya que solo tiene salida a las 8.00 de la mañana y a las 12.00 del mediodía. Para regresar desde Puerto Jiménez las salidas son a las 5.30, y a las 9.00 de la mañana. El coste total es de 7.600 colones. Si bien es cierto que aparentemente este lugar no tiene mucho que ofrecer, hay que saber mirar más allá de las apariencias. Pues sí, es un pueblo pequeño, pero con un encanto inmenso. El lugar está distribuido en torno a una única calle principal que cuenta con varios supermercados, dos farmacias, dos bancos, y algunos hostales y restaurantes de comida local. Para realizar la ruta costera hay dos opciones, o la haces en coche, o en bicicleta. El camino es por una pista de tierra empedregada que transcurre por haciendas, humedales, bosque secundario, y ríos. Los ríos normalmente están crecidos, sobre todo en la época lluviosa que va de Mayo a Noviembre, es por eso que hay que comprobar primero si puedes cruzar los ríos en coche.

Playa de Carate
Para tomar la ruta costera, hay que coger la calle a la derecha de la única gasolinera que existe en el pueblo. Esta única pista tiene como destino final la zona conocida como Carate. La primera parada es en la playa llamada Matapalo. Frecuentemente, es elegida por los surferos para aprovechar las grandes olas que existen en el litoral, aunque hay que tener en cuenta que las corrientes marinas en este lugar son bastante bravas, por lo que hay que tener cuidado. Además, de esta playa parte una ruta muy bonita que lleva a una cascada de una belleza colosal llamada King Luis Waterfall. Para llegar hasta ella, hay que seguir el camino de la playa y pasar el cartel de corrientes peligrosas. Como a unos 200 metros, el sendero se bifurca y hay que tomar rumbo a la derecha hasta la indicación de ‘Catarata-Waterfall’, que señaliza el inicio de la ruta. A partir de ahí, el camino no tiene pérdida, ya que hay que seguir el trascurso del río hacia arriba. La ruta es bastante cómoda, y se recomienda hacerla descalza para poder agarrarte mejor y no resbalar. Durante la misma, hay que atravesar varias zonas con agua, ya que presenta constantes saltos de agua, como pueden ver en las fotos. Y ahí está, ¡la gran cascada! Para mí, es la primera que visito en este país, que no es solo famoso por sus playas, sino también por estos accidentes naturales que son tan preciosos de admirar.

King Luis Waterfall
Una vez dado el chapuzón de rigor en la cascada, hay que retornar para seguir el camino por la pista de tierra y piedra hasta Carate. Hay que abrir bien los ojos porque es muy fácil ver a los monos cruzar la carretera por los árboles que la flanquean, e incluso hasta los perezosos se dejan ver. Hay varios caminos para acercarte a la playa, son todas muy parecidas, pero cada una con un encanto natural. El agua es bastante clara, no tan cálida como la del caribe, pero no llega a estar fría tampoco. Realmente, no llegué a pensar que las aguas en este lugar, en tan mar abierto, tendrían esta calidez, no dan ganas de salir del agua la verdad. La última parada de la ruta es en Carate, a partir de ahí la carretera no sigue, pues a unos 5 kilómetros está la entrada al Parque Nacional de Corcovado, al que tuve el placer de visitar al día siguiente, pero esa es otra historia. En coche, hasta Carate desde Puerto Jiménez es una hora de camino aproximadamente, dependiendo de lo rápido que se conduzca. Si lo haces en bicicleta puedes tardar el doble, con el agravante de tener que cruzar los ríos a pie, algo que puede ser molesto porque el agua llega hasta las rodillas. No obtante, merece mucho la pena realizarla, ya que el contacto que se tiene con la naturaleza es sencillamente mágico.

Puerto Jiménez

Playa de Matapalo

King Luis Waterfall

Ruta hacia King Luis Waterfall

Guacamayos rojos

Río en medio de la ruta hacia Carate

Ruta costera de Puerto Jiménez

Paya de Matapalo
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