Salzburgo, la ciudad cultural de Mozart

La cuarta ciudad más poblada de Austria es Salzburgo. Su nombre significa ciudad/castillo de la sal, y proviene de los barcas que transportaban sal en el siglo VIII, que debían pagar un impuesto a su paso por la urbe, una práctica muy común en los ríos de Europa. En cuanto a su situación geográfica, esta ciudad austríaca se extiende por ambas orillas del río Salzach, albergada ésta entre dos elevaciones pétreas, el Mönchsberg y el Kapuzinerberg, cuyos bosques constituyen el pulmón verde de la metrópoli.

Sin duda, Salzburgo no es solo una joya barroca declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1996, sino que fue la madre que vio nacer a artistas de renombre tan importantes como Wolfgang Amadeus Mozart, su padre Leopold Mozart, Herbert Von Karajan, Georg Trakl, o Hans Makart, entre otros. Así pues, cuando pasees por sus calles notarás un magnetismo especial. Si vas a visitar esta ciudad, debes saber que su centro histórico cuenta con una gran cantidad de monumentos emblemáticos, pero que se ven perfectamente en un día. Te presento aquí el itinerario completo para que no te pierdas nada.

Qué ver en Salzburgo

Para llegar al casco histórico desde la estación de trenes central de Salzburgo puedes ir andando, ya que el camino es tan solo de 15 minutos y no tiene pérdida, pues se encuentra perfectamente indicado. Tendrás que ir dirección al Palacio de Mirabell, que será el punto de partida de la visita a la ciudad.

Mapa llegada a Salzburgo

Mapa para llegar al casco histórico de Salzburgo desde la estación de tren

Jardines palacio Mirabell

Palacio y jardines de Mirabell

El palacio de Mirabell, junto a sus jardines, está catalogado como Monumento de Patrimonio Cultural Local. Fue construido en 1606 a las afueras de la muralla de la ciudad a petición del príncipe-arzobispo Wolf Dietrich Raitenau, para convertirlo en la residencia de su amante Salome Alt. Sin embargo, cuando el príncipe fue depuesto, Salome y su familia fueron expulsados de la ciudad, momento en el que el palacio recibió su actual nombre.

El estilo arquitectónico de esta edificación estaba inspirado en modelos italianos y franceses, pero en 1710 fue reconstruido en un fastuoso estilo barroco. Aunque no fue la única restauración que sufrió, ya que en 1818 fue reconstruido en estilo neoclásico tras un incendio. Sin duda, pasear por sus jardines te trasladará a siglos pasados. Hay que destacar de éstos su planta geométrica con estatuas de temática mitológica que datan de 1730 y otros cuatro grupos de esculturas (Eneas, Hércules, Paris y Plutón) del escultor italiano Ottavio Mosto, de 1690.

Continuando la visita, camina hacia el río hasta llegar a la zona monumental. Te invito a que primeramente subas la montaña de Mönschberg, cruzando el río, donde se encuentra la fortaleza Hohensalzburg, la más grande y mejor conservada de Europa. Su construcción se empezó en 1077 bajo el mandato del príncipe-arzobispo Gebhard von Helffenstein. Fue ampliada y reforzada con torres, bastiones, muros y trincheras hasta el siglo XVII. El príncipe-arzobispo Leonhard von Keutschach, fue quien la hizo habitable en el siglo XV, pues la decoró exquisitamente y le dio un aspecto gótico tardío. Aunque para mí, lo mejor, fueron las vistas desde lo alto a la ciudad, sencillamente mágicas.

Vistas a Salzburgo desde Mönscherberg

Vistas a la ciudad vieja de Salzburgo desde Mönchsberg

En esta colina también se encuentran el cementerio y las catacumbas de San Pedro. El lugar fue utilizado como vivienda de ermitaños durante muchos años, principalmente monjes de la Abadía de San Pedro. Las catacumbas están formadas por varias cámaras y un camino de escaleras excavado en la roca. La primera parada de la visita es la Cripta Comunal, construida en 1659 y readaptada en 1769. Este lugar era utilizado como cementerio provisional cuando no habían tumbas disponibles en el cementerio. Desde esta cripta y a través de 48 escalones se llega a la Capilla de Gertraude, consagrada en 1178.

Como has caminado por lo alto de la colina hasta la abadía, puedes bajarla hasta llegar a la zona vieja de la ciudad. Te encontrarás con la catedral, edificio barroco del siglo XVII consagrado al santo Ruperto de Salzburgo, fundador de la metrópoli. Se cree que fue construida sobre una anterior edificación de culto «la Catedral de Virgilio» que databa del año 774. La actual catedral tiene 142 metros de largo y 33,22 de alto en la bóveda central.​ El estilo barroco de San Ruperto se puede admirar en el coro y en la nave. La misma sufrió daños cuando en la Segunda Guerra Mundial fue bombardeada. Las reparaciones tardaron bastante en llevarse a cabo, pero fueron finalizadas hacia 1959.

Catedral de Salzburgo

Plaza y lateral de la Catedral de Salzburgo

Justo al lado de la Catedral, se encuentra la iglesia Franciscana, una de las más hermosas y antiguas de la ciudad con distintos estilos arquitectónicos y estilísticos, pues el coro actual es de estilo gótico remplazando al anterior de estilo romanesco que databa de 1400. La torre también es gótica y se sumó a la estructura a finales del siglo XV. Hasta 1635 estuvo dedicada a la Virgen María y hoy es una iglesia católica administrada por los franciscanos.

En su interior se puede ver la nave central romanesca con un león de mármol hermoso del mismo período estético; el coro es de estilo gótico y tiene esbeltas columnas que se elevan hasta una bóveda bastante elaborada en su decoración. En éste hay nueve capillas decoradas en estilo barroco. La más al este, detrás del altar principal, contiene un altar de mármol que data de 1561 y que pertenece a la vieja catedral. El altar principal, por su parte, es una obra de Fischer von Erlach en oro y mármol.

Getreidegasse, Salzburgo

Getreidegasse, Salzburgo

Una vez visitada esta zona, queda pasear por sus callejones adoquinados y estrechos admirando las distintas fachadas que se conservan en perfecto estado desde hace siglos. No olvides pasar por la calle Getreidegasse, pues ahí se encuentra la casa que vio nacer al maravilloso Mozart. La vivienda se puede visitar a modo de museo. Posteriormente, cruza el río, en la otra orilla se encuentra la casa donde Mozart vivió y compuso sus obras más famosas. Para terminar el recorrido sube a la colina llamada Kapuzinerberg. En lo alto hay un monasterio con unas vistas fantásticas a la ciudad desde otra perspectiva. Aquí finaliza la visita, si tienes suerte y llegas al caer la tarde, disfrutarás de un precioso atardecer.

 

Vistas a Salzburgo desde Kapuzinerberg

Vista de Salzburgo desde Kapuzinerberg

Atardecer Salzburgo

Atardecer en el río Salzach