
Isla del Sol, todo sobre este paraíso inca
Isla del Sol, que precioso nombre para tan mágico lugar. Esta peculiar isla, cuna de la gran civilización Inca, se encuentra en el lado boliviano del Lago Titicaca. Para ponerte en situación, el Lago Titicaca es el lago navegable más grande y a mayor altura del planeta. Y si no fuera porque sé que es un lago, y que su agua es dulce, si me dijeran que es un mar, lo creería. Pues su aspecto recuerda a las aguas marinas, incluso se llegan a formar pequeñas olas. En esta entrada quiero contarte parte de su historia, porqué la llaman la isla que vio nacer a los incas, cómo llegar, qué ver y algunas recomendaciones. ¿Vienes a viajar conmigo y descubrir la Isla del Sol?
Lago Titicaca
El emblemático Lago Titicaca, como ya te adelanté, es el lago navegable más grande y a mayor altura de nuestra tierra. Se encuentra entre los países de Perú y Bolivia a una altura media de 3.812 metros sobre el nivel del mar. Su temperatura media es de unos 13 grados. Y su nivel aumenta en el verano austral debido al derretimiento del hielo de los nevados que lo custodian. Aunque es un lago de agua dulce, como curiosidad, cuenta con una salinidad de 5,5 partes por 1000. Yo me bañé en sus aguas y no noté esa salinidad, es tan leve que se hace imperceptible. 33 son las islas que se elevan sobre este peculiar lago. La más grande, y tal vez la que mayor misterio alberga, es la Isla del Sol.
Isla del Sol, un misterio por descubrir
La Isla del Sol tiene una longitud de 9,6 kilómetros y una anchura de 4,6 kilómetros. Su altura supera los 4.000 metros en algunas zonas, por lo que es recomendable caminar despacio e hidratarse bien para evitar el temible mal de altura. El primer nombre que tuvo esta peculiar isla fue Titi Khar’ka, que significa «Puma de Piedra». De ella se cuenta que vio nacer a los primeros incas, descendientes de sus predecesores los Tiahuanacos. Los investigadores aún no determinaron el motivo de la extinción de dicha civilización, pero se conoce que los primeros isleños fueron incas.
Éstos construyeron templos en honor a Inti, el dios del Sol. Motivo por el cual se decidió cambiar el nombre a la isla. Al llegar a ella nos dirigimos hacia el alojamiento que habíamos reservado, en el punto más alto de la misma. Allí conocí la leyenda inca más antigua que versa que Mama Ocllo y Manco Capac fueron descendientes directos del dios Wiracocha, como lo conocían los Tiahuanacos. El dios del Sol, apodado posteriormente Inti por los Incas. Fueron los encargados de poblar la isla y extender sus dominios por las tierras andinas. Así tomaron rumbo hacia el norte, expandiendo sus dominios, y estableciendo la capital sagrada del reino en Cuzco, ciudad de la actual Perú.
La actual Isla del Sol
En la actualidad la isla se divide territorialmente en dos comunidades. Challapampa se encuentra al norte, mientras que Yumani se expande por el sur isleño. Como curiosidad existe una frontera que divide ambas comunidades y que resulta infranqueable para los turistas. Pues el norte restringió el acceso a los turistas hace ya algunos años. El motivo fue puramente económico y de repartición de bienes entre las comunidades.
Dicen que si en la madrugada intentas cruzar puedes hacerlo, o que si sobornas al guarda que custodia el acceso a Challapampa y le caes bien puedes entrar. Por cuestiones de tiempo y casi de salud, desistí de la idea de intentarlo. La isla se encuentra a 4.000 metros y caminar por ella puede resultar muy cansado, más de lo que imaginas. Además, cabe destacar que esta isla se rige por sus propias leyes comunitarias, que son ajenas a las bolivianas. Pero, ¿qué puedes hacer si visitas la Isla del Sol?
Qué ver en la Isla del Sol
Viajé hasta aquí con mi hermana y mi gran amigo Carlos. Llegamos pasado el medio día. Subir hasta la parte alta me resultó más complicado de lo que imaginé. Cuando bajamos del barco nos topamos con unas empinadas escaleras empedradas que discurrían al lado de la denominada Fuente de las Tres Aguas, o fuente de la vida. Cuenta la leyenda que quién bebe de ella contará con buena salud y una larga vida. Por si acaso yo bebí de ella, nunca se sabe. Estas escaleras son las famosas Escaleras del Inca.
Una vez que hablamos con la regente del hospedaje que habíamos reservado, y después de contarnos la historia de la isla, nos dispusimos a acomodar nuestras pertenencias y poner rumbo al punto más alto isleño. Un mirador del que pudimos apreciar la Isla de la Luna, la cordillera andina, el lago Titicaca y sentir la paz que el lugar transmite. Nos esperamos a ver la puesta de sol, aunque se encontraba medio nublado por lo que no pudimos apreciar bien los colores que el ocaso dibujaba en el cielo. Anocheció temprano, y después de cenar nos dispusimos a descansar, pues el viaje había sido largo y el ejercicio a gran altura debilita más nuestro organismo.
Al día siguiente, después de un suculento desayuno incluido en el hospedaje, nos dispusimos a visitar el templo Pilcocaina. Se trata de una de las construcciones más importante, pues se ideó siguiendo las creencias de la cosmovisión andina. Así pues las ventanas y puertas del templo se construyeron orientadas al este, por donde sale el sol. Por este motivo los arqueólogos determinaron que su edificación fue en honor al dios Sol. Aunque otros historiadores determinaron que era el lugar donde el Inca se alojaba en sus viajes de culto a la isla.
Posteriormente nos dispusimos a darnos un baño en sus frías aguas y conversar con los locales sobre su historia y la actualidad isleña. Una isla que vive única y exclusivamente del turismo en la zona sur. Caminar entre sus senderos es algo maravilloso, aunque hay que recordar que hay que hacerlo con calma. Disfrutar de las vistas, de las alpacas, de las llamas, de los burros salvajes y de su magnífica belleza sin duda es la mejor actividad que puedes hacer. Y como ya mencioné, a tu llegada verás las escaleras del Inca, y la Fuente de las Tres Aguas, que es reflejo de la ingeniería hidráulica que desarrollaron antaño.
Cómo llegar
Para llegar a la Isla del Sol partimos desde la capital boliviana de La Paz. El transporte lo puedes reservar en la estación de buses del centro y pasan a recogerte por tu alojamiento. El precio fue de 30 bolivianos Hay que bajarse del mismo al llegar al estrecho de Tiquina para cruzarlo en bote, mientras el mismo autobús (público no de tour) era transportado en una gran plataforma sobre el lago. Posteriormente, continuamos el camino hasta Copacabana. Este trayecto dura unas 4 horas aproximadamente.
Ahí tomamos un barco que nos llevó hasta el muelle sur de la isla del Sol, a la comunidad Yumani. El tiempo a bordo es de media hora más o menos y su precio fue de 25 bolivianos. Al llegar a la isla te hacen pagar un impuesto de acceso a la misma, algo que no te dicen a tu salida de Copacabana, de 10 bolivianos. A la vuelta tienes que estar pendiente del horarios de los barcos, que los suelen cambiar a menudo. Puedes pagar allí mismo y cuesta más cara que la ida. Se aprovechan bastante de la situación. Una vez de vuelta en Copacabana nosotros decidimos continuar nuestro viaje a Perú, por lo que tomamos un autobús hacia Cuzco, nuestro siguiente destino, por 85 bolivianos.
Si te gustó esta entrada no dudes en compartir para que otros viajeros conozcan este singular lugar. Y si tienes alguna pregunta o quieres aportar algo házmelo saber a través de los comentarios. Ahora toca continuar el viaje y seguir descubriendo nuevos y mágicos lugares de este impresionante planeta en el que vivimos. Hasta pronto.