Dieciocho kilómetros de la preciosa costa caribeña. Desde Puerto Viejo a Manzanillo

Dieciocho kilómetros de la preciosa costa caribeña. Desde Puerto Viejo a Manzanillo

Me alojaba durante una semana en el Caribe Sur, en Puerto Viejo de Talamanca. Y, entre las actividades que hay por realizar en el lugar, recorrer la costa hasta Manzanillo en bicicleta es una de las imprescindible. Hay muchas empresas y hostels que alquilan bicicletas por días, con un precio medio de 3.000 colones, o 5 dólares. La ruta es de 18 kilómetros ida desde Puerto Viejo hasta Manzanillo, 36 en total. Lo ideal es ir parándote en las distintas playas que hay en el camino. Hay dos opciones, o vas hasta el final del camino, y vas parando en las playas al regreso, o al revés, como uno quiera.

El recorrido es bastante cómodo porque se realiza por carretera, aunque los acceso a algunas de las playas no vienen señaladas. Yo opté por ir hasta Manzanillo directamente. Al llegar a este pueblo, hay que seguir la carretera pedregosa en paralelo a la playa, hasta llegar a un puente de madera que hay que cruzar y cargar con la bicicleta. A unos 500 metros se acaba el camino para la bicicleta. Puedes amarrarla a cualquiera de los finos árboles que se encuentran al inicio del sendero que hay que hacer a pie, ya que éste se adentra en la selva, en la Reserva Natural de Manzanillo. Muchas personas desconocen las maravillas de este lugar y simplemente al llegar a Manzanillo dan media vuelta. ¡No saben lo que se pierden!

Una vez las bicicletas están a buen recaudo, es hora de emprender la marcha a pie. Hay que subir una pequeña cuesta entre piedras y raíces de árboles perfectamente marcada, aunque si la noche anterior ha llovido, estará algo embarrada. Al seguir caminando se llega hasta que un puente pintado de color verde muy bonito. Y ahí, hay que hacer una parada para deleitarse con la maravillosa estampa de una playa paradisíaca, en la que las únicas pisadas que hay son la de los pájaros, digna de cualquier postal o fondo de pantalla del ordenador. Aquí está el mirador de Manzanillo, desde el cuál podrás divisar ambas orillas, la del este y la del oeste.

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Mirador de Manzanillo

La ruta a pie puede continuar hasta que acabe el sendero, unos 2 kilómetros por la selva, en la que si alzas la vista a lo alto de los árboles podrás divisar monos, y distintas especies de pájaros y mariposas. Además, si vas mirando hacia los lados de los troncos de los árboles, encontrarás muchas telas de araña, junto a sus dueñas claro, unas arañas de colores azules y rojizos que juraría que son venenosas, o por lo menos lo parecen. Continuar caminando entre raíces y abundante frondosidad te hace sentir parte de la naturaleza. La ruta finaliza en una playa. Aunque ésta no es recomendable para el baño ya que la orilla cuenta con un gran arrecife de coral que dificulta la entrada, a la vez que el oleaje que suele haber en esta zona.

Como el sendero no es circular, toca volver por el mismo sitio, coger la bicicleta, y emprender rumbo a Puerto Viejo. La primera parada después de Manzanillo es la de la playa de Punta de Uva. Para acceder a ella tienes que meterte en un pequeño camino a la derecha que indican unos carteles: ‘restaurante ranchito punta uva’ y varios sobre snorkel, kayak, etc. Esta playa es diferente a las que suelen verse en la costa caribeña, por eso llama tanto la atención. Su agua es de color turquesa tirando a verde, y está flanqueada por un bosque precioso en la que puedes ver boas y perezosos. La desembocadura del río Quebrada en la playa de Punta de Uva es el motivo por el que es más fácil ver a estos animales tan cerca de la costa. El agua invita a darte un baño, sobre todo por el calor y la húmedad tan grande que hace constantemente, y el ejercicio de la bicicleta como no. Después, toca subirse a los pedales hasta la siguiente parada: Playa Chiquita.

En esta ocasión, si hay alguna indicación. Hay que seguir un camino pedregoso en descenso hasta un sendero estrecho que hay a la derecha. Éste lleva directamente a la playa. Como su propio nombre indica, es bastante pequeña esta playa, pero tiene un encanto especial. Por ella pasan rutas a caballo, algo digno de ver. Y, última parada, playa de Cocles. Ésta es bastante grande, y puedes empezar a verla desde Punta de Cocles, un paraje precioso caribeño de palmeras y cocos en la orilla del cálido mar. En el otro extremo de la playa hay un pequeño roque marino con bastante vegetación, y donde hay bastantes pelicanos, pues ahí tienen un pequeño nido, es su hogar al fin y al cabo. Y ya solo queda volver a Puerto Viejo y dejar la bicicleta en el puesto en el que la alquilaste. Hasta aquí la ruta de hoy. Si si vas a realizarla, recuerda que en total son 36 kilómetros, así que no olvides llevarte mucha agua debido al calor y a la húmedad, y algo de comida. Pura Vida.

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Ruta por carretera

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Camino

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Puente de paso hacia la reserva natural de Manzanillo

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Puente al mirador de Manzanillo

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Reserva natural de Manzanillo

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Reserva natural de Manzanillo

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Última playa de Manzanillo

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Carteles de entrada a Punta Uva

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Playa de Punta Uva

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Playa de Punta Uva

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Playa Chiquita

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Playa Chiquita

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Playa de Cocles

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Playa de Cocles

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Punta de Cocles