Corcovado, uno de los Parques Naturales con mayor biodiversidad del mundo

Corcovado, uno de los Parques Naturales con mayor biodiversidad del mundo

El Parque Nacional de Corcovado se encuentra al sur de la Península de Osa, al suroeste de Costa Rica, y fue creado el 24 de octubre de 1975. Su enclave está situado en el área de conservación de Osa, y cuenta con 45.757 hectáreas terrestres y 5.375 hectáreas marinas. La biodiversidad que se concentra en este lugar es abrumadora y exhuberante, pues en su terreno habitan 150 especies de mamíferos, 350 especies de aves, 100 especies de reptiles y anfibios, y cerca de 5.500 tipos de insectos. Así mismo, el hogar de toda esta fauna lo compone el bosque primario más grande del Pacífico Americano, un manglar, un bosque de pradera, un bosque aluvial de planicie, un bosque de pantano, un conjunto de 500 especies arbóreas, y especies propias del bosque tropical húmedo. Hay que resaltar que también existen 12 tipos de árboles que se encuentran en peligro de extinción, y que en este lugar se conservan muy bien.

Mi visita a este Parque Nacional fue realmente mágica. Partimos de la localidad de Puerto Jiménez en coche hasta la playa de Carate, último punto en el que se puede acceder con vehículo. A partir de ahí, caminamos unos 5 kilómetros en cuyo camino tuvimos que atravesar dos ríos a pie. Lo cual resultó bastante divertido, ya que tuvimos que luchar contra la gran corriente para evitar una caída, algunos con más suerte que otros. Pero llegar a la entrada del parque no significa que no veas animales, todo lo contrario. El sendero de acceso es la anatesala de lo que vas a ver más tarde. La verdad que iba con ciertas dudas sobre si podríamos ver animales en acción o no. Evidentemente, mis dudas se disiparon en el minuto uno, ya que la experiencia fue bastante buena y enriquecedora, y conseguimos ver bastantes especies. Una se llega a sentir pequeña ante tanta inmensidad natural.

Una vez ya en el Parque Nacional de Corcovado, quizás, a parte de la gran cantidad de animales que viven en este lugar, lo que más me sorprendió fueron los árboles y sus raíces. El que más me cautivó fue el conocido como Matapalo, pues se trata de una especie arbórea de la que hay dos tipos. Una de ellas es una raíz que va creciendo desde la copa del árbol primario hacia el suelo, envolviendo al primero entre sus raíces como si de una enredadera se tratase. El segundo tipo es el que crece y envuelve al árbol primero desde el suelo. Otra especie muy curiosa que hay en Corcovado es la palma espinosa. Hay que tener cuidado si te acercas a su tronco, pues unas púas grandes y afiladas lo recorren de arriba abajo. Incluso, hay plantas que siguen la secuencia de fibonacci, asombroso. Necesitaría varias páginas para describir cada una de las especies que aquí se encuentran. Es un lugar maravilloso en el que sentarse a contemplar y observar cada detalle, cada maravilloso aspecto de lo que significa la vida en estado puro y natural.

La visita la realicé con mis compañeras de viaje, Ana y Auritze, una pareja formada por una simpática austríaca y su novio suizo, y con el guía naturista Gerson, que nos fue enseñando y explicando las especies y curiosidades que existían en este enclave natural. El recorrido que realizamos fue de unas 7 horas ida y vuelta. En total atravesamos unos cuatro ríos, ya que se encontraban bastantes crecidos por las lluvias, hecho que significo ir mojada practicamente la totalidad del camino. Llegamos hasta un punto en el que hay una refrescante cascada, en la que no pudimos evitar bañarnos, pues el lugar en su conjunto era mágico, de una naturaleza verdaderamente salvaje. En el sendero vimos varias especies de mariposas, búhos, monos congos, monos titis, monos araña, perezosos, una manada de pisotes, una infinidad de especies de aves, incluidas águilas y aves migratorias, lagartijas, insectos, una boa constrictor azulada, hormigas recolectoras, vegetación de todos los tipos, y plantas medicinales como las que alivian las picaduras de mosquito. Incluso, llegamos a comer termitas de una colmena, su sabor es citrico y crujiente, toda una experiencia.

El camino fue bastante cansado, pero realmente mereció la pena ser parte conciente de la majestuosidad con la que cuenta el planeta tierra, y que, desgraciadamente, el ser humano va acabando con ella lentamente. Espero que algún día los países tomen como ejemplo a Costa Rica en lo que a conservacíón de la naturaleza se refiere. Un país tan pequeño, pero con una biodiversidad enorme, pues representa el 10% de la biodiversidad mundial en su territorio. Hay mucho por lo que trabajar a nivel global. Aquí les dejo unas fotos de nuestro paso por el Parque Nacional de Corcovado, pronto publicaré un video resumen de la excursión. Hasta entonces, ¡pura vida! Hay que reseñar, que para visitar el Parque hay que hacerlo en compañía de un guía autorizado.