
Autostop en Chile, ¿es seguro?
Todo buen mochilero ha hecho autostop alguna vez en su vida. Algunas veces por obligación y otras, la mayoría, por puro placer. El autostop en Chile, ¿es seguro? Les voy a confesar que no solo es seguro, sino que ha sido una de las experiencias más divertidas y que más me ha llenado en mi viaje de un año por el centro y sur de América.
Para ponerte en antecedente, si no has seguido mi paso hasta ahora, voy viajando con poco presupuesto. A estas alturas, el presupuesto es prácticamente nulo, y aún me quedan algunos meses para volver a casa. Así que decidí que tenía que exprimir al máximo los recursos económicos que me quedaban.
Chile es un país caro. Bueno, depende de con qué país lo compares está claro. Si lo comparas con Colombia, Perú o Bolivia, es un país bastante caro. Si lo comparas con Estados Unidos, pues no tanto. Está al nivel español, aunque la cesta de la compra es superior en Chile en algunos productos. La verdad que me asombra cómo sobreviven, ya que su salario mínimo ronda los 300 euros. El transporte, en concreto, es bastante caro. Si tenía que tomarlos, no me salían las cuentas ni para llegar a final de mes. No había otra opción, había que salir a la carretera a levantar el dedo.
Autostop en Chile
Había llegado a San Pedro de Atacama desde Perú. El contraste es realmente grande, no solo en los precios, también en sus gentes y en el paisaje. Me gustaba lo que veía. Y me sentía como en casa. Quizás por esa manía que tienen los chilenos de dirigirse a las personas con el sobrenombre de «chiquillos/as». En Canarias también lo usamos mucho.
Atacama es especialmente caro, así que al tercer día de estar allí salí a la carretera, junto a mi hermana y Ana. Levantamos el dedo como si fuéramos romanas y estuviéramos dando el «sí» a una contienda en el coliseo. Hacía frío. Normal, es invierno. La verdad que pensaba que nos iba a costar más que nos levantasen. Pero después de haber hecho autostop en Chile de norte a sur, puedo decir que es la cosa más fácil y divertida que me ha pasado.
Experiencias
Por excelencia, son los camioneros los que se encargan de trasladar a los mochileros de un lugar a otro. Ellos se benefician de las numerosas historias de los viajeros. Algo que es de agradecer dadas las grandes rutas que realizan, a veces de días. Son los camioneros los que hacen del autostop en Chile una experiencia que nadie olvidará. Cristian fue el primero que nos recogió, tan solo 5 minutos después de levantar nuestro pulgar. Nos llevó hasta Antofagasta, donde hicimos noche con Alejandro, a quien conocimos gracias a la plataforma de couchsurfing.
Al día siguiente emprendimos un viaje muy largo para llegar hasta La Serena. A las 10:00 de la mañana estábamos en lo que se conoce como «La Negra», un polígono industrial a las afueras de Antofagasta. Allí nos recogió Jorge. Con él pasamos todo el día, y la noche. Pues llegamos a La Serena a las 12.00 de la noche. Para almorzar Jorge hizo una pequeña compra en una tienda local a mitad de camino. En un descampado paró el camión. Y cuando me di cuenta estaba cocinando pasta en unos fogones que desplegó del lateral del trailer.
Los viajes estaban siendo muy entretenidos. Conocimos a otro Cristian. Él nos llevó desde La Serena hasta un lugar que no recuerdo el nombre dónde cambiamos de camión para llegar hasta Concón, cerca de Valparaiso. Nuestro destino final. A parte de haber vivido una carrera de camiones, Cristian nos invitó a comer en una «picá» junto a sus compañeros de viaje que iban en ruta en otros vehículos. La «picá» es como se llama en Chile a los bares o restaurantes de carretera, situados estrategicamente para los camioneros.
Cristian debía tomar rumbo a Santiago de Chile y nosotras teníamos que desviarnos a la costa. Cuando me di cuenta: «aquí tengo a tres muchachas españolas que van para Mantagua, ¿alguien va en esa ruta?», preguntó por radio. «Yo voy para Concón, las puedo llevar», contestó un tal Carlos. En pocos minutos estábamos en el arcén de una carretera haciendo el cambio de camión. Carlos nos llevó a nuestro destino, no sin antes parar para comprar unos dulces típicos. Decía que no nos podíamos ir sin probarlos. Y que razón tenía, estaban increíbles.
Las historias siguen
Pasamos unas semanas en Mantagua haciendo un voluntariado. Después nos tocaría emprender nuestro viaje a Santiago de Chile donde tomaríamos un avión que nos dejaría en la punta sur del país: Punta Arenas. La verdad que fue todo una locura. Recorrer la Patagonia, en invierno, y sin dinero fue un reto que podría habérsenos ido de las manos si no fuera por la inmensurable amabilidad de los chilenos. Tocaba volver a hacer autostop en Chile.
De Mantagua a Santiago de Chile nos llevó Chen, no sé realmente cómo se escribe. Se trataba de un señor con raíces nepalíes y chilenas. Con el que no solo intercambiamos gustos musicales en su coche, sino que también nos compró algo de comer y nos dio 20.000 pesos chilenos al bajarnos de su vehículo.
La ruta por la Patagonia fue realmente increíble. Los paisajes son realmente alucinantes. Y aunque pasé un frío que jamás olvidaré y que si lo pienso aún me duelen los huesos, lo volvería a hacer. Tuvimos que pasar al lado argentino de camino hacia el norte. Allí el autostop no es tan fácil. Pero aún así tuvimos suerte y volvimos a entrar en Chile por Chile Chico. Ahí fue donde conocimos a los hermanos Jorge y Roberto, quienes se hicieron más kilómetros de los que iban a hacer, nos invitaron a comer en casa de un amigo, nos contaron numerosas historias y curiosidades, y fuimos parando en varios sitios para hacer fotos. Jamás podré terminar de agradecerles por ese día.
Llegamos hasta Chiloé, una isla chilena a la que estoy deseando volver. La cruzamos a dedo gracias a varias personas y llegamos hasta Puerto Montt. Allí conseguimos regatear el precio de una guagua que cogimos por 8 euros hasta Santiago de Chile porque el tiempo se nos acababa y teníamos que cruzar a Argentina. De Santiago a Mendoza también lo hicimos a dedo. Ahí acabó nuestra aventura haciendo autostop en Chile.
En definitiva, esto es un pequeño extracto de mi experiencia haciendo autostop en Chile. Sin duda, si vas a realizar un viaje por este país, no cuentas con mucho presupuesto, y dudas sobre si es seguro hacer dedo o no, puedes estar tranquilo/a. Es bastante seguro. Por no hablar, de lo divertido que es. A todos gracias, infinitas gracias, si vuelvo a Chile les llamaré sin duda.