
Aguas termales de Santa Rosa, un lugar mágico
Nuestro paso por Pereira fue un mero trámite, ya que lo que queríamos era visitar las aguas termales de Santa Rosa de Cabal. La ciudad de Pereira poco tiene que ver. Después del largo día en el que visité la catedral de sal de Zipaquirá y viajé hasta Pereira en guagua nocturna, estaba bastante reventada. Así que dimos mi hermana y yo un pequeño paseo por la ciudad para comer algo. Aprovechamos también para hacer una videollamada con mis padres desde una plaza. Aquí en Colombia hay Wi-Fi gratis por todas partes. Así pude mostrarles vagamente a los viejos que se trata de un lugar normal y tranquilo. Después directas a la cama, al día siguiente iríamos a las termas.
El contacto con los colombianos es bastante bueno. La gente es demasiado amable, y hasta ahora, no he sentido peligro en ningún momento. Después de hacer noche en Pereira, y recuperar fuerzas, visitamos al día siguientes las aguas termales de Santa Rosa de Cabal. Para ello, desde la estación central de Pereira hay que tomar una guagua hasta Santa Rosa de Cabal que cuesta unos 3200 pesos (unos 80 céntimos de euro).
Día de relax
Después de 1 hora de camino, llegamos a Santa Rosa. Ahí hay dos opciones, o tomar una guagua hasta las termas, o tomar un taxi. Si vas con varias personas esta opción es más rentable, y rápida. 20000 pesos cuesta el taxi (5 euros) y tarda una media hora en llegar. La entrada a las termas es de 25000 pesos, pero justo encontramos una oferta de 3×2. Estábamos de suerte.
Ingresamos al lugar y mis ojos se quedaron impresionados con lo que observaban. Un entorno maravilloso, único. Ideal para relajarse y descansar. En medio de una montaña, con una alta cascada de fondo, se encuentra un recinto con unas aguas termales riquísimas. Cuentan con servicio de restauración,vestuarios, y baños. Y aunque dicen que no se puede entrar comida de fuera, a nosotras no nos dijeron nada cuando nos abrieron las mochilas.
Bikini puesto y a disfrutar. El día fue maravilloso y me vino bastante bien para descansar y relajarme. Hay varios canales con pequeñas posetas de agua fría en las que te puedes bañar. Y después hay varias piscinas de agua caliente de distintas temperaturas. Es mineralizada a base de las piedras del propio entorno. La verdad que el lugar es de ensueño y pasamos un día agradable que nos venía bien a todas. Nos devolvimos a Pereira por la tarde, ahí tomamos una guagua para hacer noche en Salento. Un pueblo colonial del eje cafetero. De momento, me declaro enamorada de Colombia.
Que poco tiempo estuviste en Colombia!
Pero bueno, te felicito por el viaje que estás haciendo, es algo que hoy digo que debería haber hecho cuando tuve tu edad.
Ojalá puedas hacer otra escala cuando regreses del sur del continente y puedas conocer un poco más. El norte de Colombia también tiene cosas hermosas: El parque Tayrona, Palomino en la Guajira, Barichara, Capurganá, Leticia, Minca… hay mucho más por ver!
Y bueno, mientras tanto que disfrutes tu viaje al sur. Chile y Argentina te van a encantar.
Sin duda volveré a Colombia!!! Viajar es una aventura apasionante que recomiendo a todo el mundo 🙂 Gracias por tus consideraciones